EL CALENTAMIENTO GLOBAL "DEVORA" LA CRIOSFERA DE ESPAÑA: HAY UN 75% MENOS DE NIEVE QUE LA MEDIA DE LA ÚLTIMA DÉCADA
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EL RÍO EBRO
El río Ebro, con una longitud de aproximadamente 910 kilómetros, se convierte en el río de mayor caudal relativo de España y en una de las arterias fluviales más importantes.
Nace en la Cordillera Cantábrica, cerca de la localidad de Fontibre. En este lugar mágico y pintoresco, el río surge como un modesto manantial rodeado de montañas imponentes. A medida que se aleja de su origen, el Ebro se convierte en un río de montaña, serpenteando a través de los valles pirenaicos con sus aguas cristalinas y rápidas.
La cuenca hidrográfica del Ebro tiene aproximadamente 85.500 kilómetros cuadrados. Esta cuenca incluye una gran variedad de paisajes y ecosistemas, desde las montañas del norte hasta el delta. El río Ebro es conocido por su importancia tanto para la agricultura como para la generación de energía eléctrica.
Tiene un régimen complejo, resultante de la alimentación pluvial de su cabecera, y nivo-pluvial y pluvio-nival de sus afluentes montañosos. Desde el Pirineo descienden el Aragón, Gállego, Cinca, Noguera Pallaresa y Segre; y desde el Sistema Ibérico, el Jalón y el Jiloca.
A medida que desciende de las montañas, el Ebro se adentra en la llanura, abriendo paso a extensas áreas de cultivo y valles fértiles. En la comunidad autónoma de La Rioja, pasa por Haro y Logroño, donde los viñedos se extienden a lo largo de las colinas y producen vinos de gran calidad. Además, el Ebro nutre con sus aguas los campos de cereal, olivos y frutales que salpican la tierra a su paso.
A medida que se acerca a la ciudad de Zaragoza, el Ebro dibuja meandros y crea un paisaje de gran belleza. En este tramo, el río ha sido domesticado con embalses y canales que regulan su caudal y aseguran el suministro de agua para el riego y el abastecimiento humano. La presa de Mequinenza, por ejemplo, es un hito importante en el curso del río, formando un gran embalse conocido como el Mar de Aragón. El Ebro es una arteria con mucha agua sobre una zona muy árida, lo que es posible gracias a los afluentes de los Pirineos y del Sistema Ibérico. Esto ha hecho que hubiera planes de hacer trasvases, planes que se han encontrado con la tajante oposición de los habitantes de la zona.
Finalmente, el Ebro llega a su desembocadura en el mar Mediterráneo, cerca de la ciudad de Tortosa, en la provincia de Tarragona. Aquí, el río se bifurca en varios brazos, creando un delta de gran importancia ecológica y biológica. El delta del Ebro es un ecosistema único, con lagunas, arrozales y una gran diversidad de aves y fauna marina. Es un refugio para numerosas especies y un paraíso natural que merece ser protegido y preservado.
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EL CLIMA OCEÁNICO EN ESPAÑA
El clima oceánico u atlántico en España es una característica distintiva que afecta a gran parte de la costa norte del país. Gracias a la influencia del océano Atlántico y del mar Cantábrico, se crea un clima moderado y húmedo en estas zonas. Comprende el norte de la Península Ibérica, desde Galicia hasta Navarra y Prepirineo aragonés.
El clima oceánico tiene temperaturas moderadas durante todo el año, con una media anual entre 13º y 14º, caracterizándose por inviernos suaves y veranos frescos, con una oscilación o amplitud térmica anual relativamente baja, alrededor de 10º, por la influencia del mar.
El clima oceánico se distingue por una alta humedad relativa y precipitaciones abundantes y regulares a lo largo del año casi siempre por encima de los 1.000 mm, con máximos en invierno. Las lluvias son frecuentes y bien distribuidas en estas zonas, contribuyendo a la vegetación exuberante y a la presencia de bosques verdes. La influencia oceánica también genera una mayor nubosidad con una insolación de apenas 1.900 horas anuales.
Se pueden distinguir dos tipos: el clima oceánico puro o costero, con frescos veranos e inviernos moderados, localizado en el litoral de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco; y el clima oceánico de transición o de interior, con inviernos fríos, veranos calurosos, mayor amplitud térmica y menores precipitaciones, localizado en el interior de Lugo y Ourense, País Vasco, Navarra, sur de la Cordillera Cantábrica y Prepirineo aragonés
Los vientos juegan un papel importante en el clima oceánico. En las costas atlánticas y cantábricas, los vientos predominantes soplan desde el oeste y el noroeste. Estos vientos, conocidos como "vientos del Atlántico", pueden ser fuertes en ocasiones, especialmente durante el invierno. La presencia de montañas y relieves costeros también puede intensificar los efectos del viento.
El clima oceánico en España tiene un impacto significativo en la vida de las personas y en la agricultura. La combinación de temperaturas moderadas y precipitaciones regulares crea condiciones favorables para el cultivo de ciertos alimentos, como las manzanas, las patatas y los productos lácteos. Además, la costa española se beneficia de una rica biodiversidad marina, lo que contribuye a la pesca y al turismo costero.